junio 21, 2012

De mujeres vampiro lesbianas

La sangre de Mariana corría debajo de la puerta. Afuera, ellas lamían del suelo mientras unas a otras se metían los dedos a la vagina. En la habitación, el hombre de la camara grababa cada etapa del mutilamiento. Las manos. Los senos. Cómo eran devorados por los perros. Una o dos cubetas con agua ensangrentada quedarían de la pobre Mariana al limpiar el piso por la mañana. Los globos de sus ojos, prendidos al tenedor del jefe de la mesa en el desayuno serán el bocado final.

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