noviembre 16, 2009

De soledades

La sombra de Susana se acentuaba en el suelo a medida que la luz del sol iba adquiriendo fuerza, era una calle fría. Sentada en la banqueta veía a las personas pasar, sacó de su bolso de mano una navaja que clavó directamente en su corazón. Cayó desplomada al suelo, desangrándose. La gente solo la veía y la ignoraba.





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