Mientras Mercedes dormía Laura la observaba. Lamentaba verla en ese estado después del accidente, en coma, muerta en vida. La habitación del hospital era deprimente, las paredes blancas reflejaban soledad, lo único que había en la pequeña habitación era una cama incómoda y Mercedes en ella.
El día era bello, cielo gris, nubes mas grises aún, había cesado la tormenta y todo olía a mojado. Mercedes decidió dar un paseo por la colonia, se abrigó bien y salió de su casa, sus botas negras brincaban entre charcos y hojas humedecidas en el pavimento, el viento frío levantaba su cabello mientras ella caminaba, le agradaba salir después de la lluvia. Al cruzar la calle no se percató que un carro venía hacia ella a gran velocidad, el golpe la hizo volar y caer inconsciente a un costado.Laura no soportó enterarse aquella tarde que su esposo la engañaba. Al ver las fotografías que el detective le había conseguido, un ataque de celos y rabia se apoderó de ella, quería buscar a Fernando para golpearlo hasta matarlo. Salió apresurada de la oficina del detective, subió a su auto y comenzó a manejar apresuradamente y sin precaución alguna, cerca de la esquina no vio a aquella muchacha cruzar la calle y sin más ni más la arrolló.
Laura decidió terminar con su angustia, tomó una almohada y la colocó sobre el rostro de Mercedes que dejó de respirar poco a poco sin inmutarse. Pudo salir del hospital sin que nadie se diera cuenta de su asesinato. Al llegar a su casa vio a su marido preocupado, Laura le dijo lo que había hecho, ya no había otra.
El día era bello, cielo gris, nubes mas grises aún, había cesado la tormenta y todo olía a mojado. Mercedes decidió dar un paseo por la colonia, se abrigó bien y salió de su casa, sus botas negras brincaban entre charcos y hojas humedecidas en el pavimento, el viento frío levantaba su cabello mientras ella caminaba, le agradaba salir después de la lluvia. Al cruzar la calle no se percató que un carro venía hacia ella a gran velocidad, el golpe la hizo volar y caer inconsciente a un costado.Laura no soportó enterarse aquella tarde que su esposo la engañaba. Al ver las fotografías que el detective le había conseguido, un ataque de celos y rabia se apoderó de ella, quería buscar a Fernando para golpearlo hasta matarlo. Salió apresurada de la oficina del detective, subió a su auto y comenzó a manejar apresuradamente y sin precaución alguna, cerca de la esquina no vio a aquella muchacha cruzar la calle y sin más ni más la arrolló.
Laura decidió terminar con su angustia, tomó una almohada y la colocó sobre el rostro de Mercedes que dejó de respirar poco a poco sin inmutarse. Pudo salir del hospital sin que nadie se diera cuenta de su asesinato. Al llegar a su casa vio a su marido preocupado, Laura le dijo lo que había hecho, ya no había otra.
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