junio 27, 2014

De Fantasías

Daniela se encontraba ahí, en el centro, en medio, en el ombligo del gran laberinto, sentada esperaba, pasaban horas, días, esperaba, ofrecida en sacrificio al Minotauro aguardaba su hora. Por un tiempo, la gente dejó de preocuparse por el Minotauro, al que había que aplacar con sacrificios humanos. Un día decidieron ir a buscarlo, encontraron a Daniela plácidamente recostada sobre el pasto, los miró sin darles importancia, ellos quisieron rescatarla pero ella no quiso, prefirió quedarse dentro del laberinto, sin comprender ellos se fueron para jamás regresar. Lo que nunca supieron fue que Daniela esperaba con ansias noche a noche el encuentro con su Minotauro. 

1 comentario:

Juliett dijo...

Cada noche lo podría esperar....