febrero 01, 2009

De ángeles que dejan de ser gusanos

Mientras el cadáver de Sofía se descomponía dentro de su clóset cientos de gusanos se comían sus entrañas, su vello púbico, sus emociones, su corazón roto cinco veces, sus miedos y obsesiones… sus entrañas. Algunos gusanos habían ya hecho pupa de las cuáles emergían pequeños ángeles, aún con sus alas húmedas trataban de volar pero caían al suelo, caminaban y extendían su plumaje de color beige, mientras se iban secando las plumas adquirían un color blanco y una textura tersa y suave. Cuando al fin podían levantar el vuelo se dirigían hacia la ventana donde chocaban como moscas tratando de salir en busca de mas almas que devorar.

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